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Migrar para morir

Una diáspora que salió a buscar sus sueños en muchos casos de forma ilegal

Santo Domingo, RD.- Con la salida de un vuelo humanitario rumbo a Chile desde República Dominicana, un grupo de siete chilenos fueron bonificados con la ida hacia su país, reportaron a su embajada casos especiales, una mujer que era golpeada, y otros cuyos vuelos de regreso nunca se dieron y ya no tenían dinero para costear sus medicinas y alimentación lejos de su país.

Así iniciaron unas 24 horas que nos mostraron por dentro como se ha roto la taza para una diáspora que salió a buscar sus sueños en muchos casos de forma ilegal.

Desde Chile, un país de América del Sur a 6,048 kilómetros de República Dominicana, la embajada recibe la presión de una lista de más 130 criollos reclamando regresar.

Chile se convirtió en la sociedad de oro de América Latina, allí hay una comunidad de más de 18 mil Dominicanos.

Los dominicanos son un grupo predominante, los barberos gozan de gran prestigio, otro gran numero trabaja echando días en minería o agricultura, también se relaciona a muchas dominicanas con trabajos domésticos.

Chile es un modelo de la América avanzada a la que caminan los países del tercer mundo, pero las cosas no son iguales desde Octubre 19.

Mediante el estallido social se fueron perdiendo muchos empleos hasta la mayoría de personas que si estaban empleados ahora están en cuarentena.

Una avalancha de protestas afectó la estabilidad social y con ello los empleos, cuando parecía que las cosas se calmaban vino el Covid-19 y dominicanos, ciudadanos de cuarta categoría vieron su mundo cambiar.

Los viajes humanitarios que han recogido a dominicanos como tendencia son el producto de un video hecho viral; este traslado de Chile inició con Isabella.

Isabella tiene 32años y es oriunda de Villa Consuelo, donde dejo 4 hijos de 14, 11, 6 y 2años, luego que personas le dijeran que en Chile encontraría tratamiento para su cáncer de seno y le vendieran el sueño de un sistema de salud muy avanzado, lo que no le dijeron es que nada de eso es gratuito para un ilegal.

Con la presión de un centenar de interesados la Asociación de migrantes Dominicanos en Chile en coordinación con la embajada inició la depuración de casos especiales. Es así como una reducida lista de 11 personas que con expedientes clínicos, pudo demostrar su condición de enfermedad conforman las historias del regreso.

Ocho horas de camino, sobre una geografía totalmente distinta al Caribe, sobrevolando a veces desiertos o desde el techo de las densas nubes que cubren el Amazonas, el pulmón del mundo.

Eran las 8 de la noche cuando el grupo de Chilenos celebraba pisar su suelo, la incontenible emoción de llegar a casa, pese a que llegar implica 14 días de cuarentena obligatoria.

Chile vive una gran presión por el Covid, luego de una reapertura se dispararon los contagios y se han visto obligados a un toque de queda 24 horas.

Pero el gran objetivo del viaje aún no ha inicia, nuestro encuentro con el grupo de enfermos que tendrá la oportunidad de regresar.

El 70 % de los dominicanos que vive en Chile se encuentra en condición migratoria ilegal, pero ¿cómo llegan ahí? … es una larga historia que contaran ellos mismos. Y que explica porque no tienen un pasaporte o documento de identidad para regresar. La Cancillería ha gestionado solicitudes partiendo de números de cédula, en su preparación para un viaje ilegal una instrucción precisa es la incautación o desaparición de sus pasaportes, a futuro lo único que les queda es guardar su cédula aunque a muchos también les son incautadas.

El viaje se propone regresar a 11 personas… abordaran un vuelo humanitario con un documento llamado “Salvoconducto” emitido por la embajada Dominicana en Chile, es una certificación oficial de su identidad y permiso de viaje internacional.

Es la madrugada y comienza el recorrido para reunir el grupo, detrás de esto una celosa logística ya que carabineros o guardias en la calle se encargan de que nadie viole la cuarentena permanente. Han hecho una coordinación y se hicieron puntos de encuentro donde algunos que venían de lejos amanecieron juntos. Viven en condiciones muy precarias, algunos en el mismo hacinamiento del que un día huyeron en su país, con la diferencia de que aquí están sin su familia, y son ilegales.

El recorrido se detiene un poco al recoger a Félix, un hombre que llego a Chile en el 2014 pero tras un paro cardíaco hace aproximadamente dos años no se vale por sí mismo. Su peso obliga al equipo a pedir refuerzo.

En el FBO del aeropuerto Arturo Merino Marinez de Santiago de Chile son las 7:00 de la mañana y al vuelo se agrega una tensión. Uno de los pasajeros es un menor de edad con un caso grave, se encuentra solo en Chile, sus padres están en prisión acusados de pertenecer a una banda delincuencial, las autoridades han organizado el retorno para entregarlo a su abuela con un permiso firmado pero no ha sido suficiente para el servicio migratorio de Chile, minutos antes de abordar el menor con ojos cristalizados se entera de que no podrá abordar. El embajador se toma el caso de forma personal y promete resolverlo. El resto camina hacia el avión.

Comprobamos la lista y aunque debieron abordar 11 solo hay 9 personas, adicionalmente al caso del menor, otro dominicano que debió abordar fue llevado a cuidados intensivos debido a que empeoro su situación.

9 de los 11 dominicanos que están regresando en este vuelo llegaron a Chile de manera ilegal, una maquinaria mafiosa ha crecido en los últimos años vendiendo falsos sueños con la venta de viajes ilegales que como nos cuenta Deyanira Martínez los llevan por avión hasta Perú.

Da gracias de no haber sido violada como pasa a muchas mujeres, ya que único compañero era un homosexual.

“Yo taba atendiendo una niña pero después que comenzó hasta y yo lo que taba pasando mucho trabajo”, dijo.

Deyanira solo consiguió trabajos mal pagados como doméstica, hace unos meses comenzó a sentir fuertes dolores que la llevaron a un hospital público donde según ella no consiguió atención. Se dirigió a un centro privado donde pago 200 lucas equivalente a 15 mil pesos dominicanos para ser atendida, era mucho dinero para ella. Le diagnosticaron piedras en la vesícula y la refirieron para una operación de urgencia que saldría por 2 millones de pesos Chilenos equivalente alrededor de 153 mil pesos Dominicanos.

No, no valió la pena y se lo digo a quien sea que no lo intenten hacer hasta porque uno sale de su país pensando una cosa y cuando uno ve la realidad es otra.

Ahora vuelve a su casa… en Guachupita, donde le espera su hija, su madre y una nieta, y las diligencias de una operación que no puede esperar.

En el caso de Isabella, quien ya tenía iniciado un tratamiento para su cáncer de seno, la motivaron a buscar supuestos tratamientos avanzados que conseguiría gratuitamente en Chile.

“Yo llegue porque unas personas me habían dicho que mi vida y mi salud van a estar más estable hasta y al final y al final y al cabo fue terrible”, explicó.

A sus 32 años no quería rendirse y los tratamientos de calidad en el país superaban sus ingresos como cajera en una banca de apuestas

“Yo llevo 14 quimioterapia hasta to lo que me prometieron nunca me lo dieron”, dijo.

Con ella se repite la historia, de Perú van a Tamma en bus y luego la ruta del desierto para entrar a Chile.

El día de este vuelo cumplía 3 meses de haber llegado a Chile luego de un préstamo que le abriría las puertas a su sueño y de dejar atrás 4 niños de 14,11, 6 y 2 años.

La asociación de migrantes dominicanos en Chile dio alojamiento a Isabella luego que quedara en la calle, si video viral consiguió la atención del candidato presidencial Gonzalo Castillo quien le prometió un vuelo humanitario y adicionalmente recibirá tratamiento gratuito para su cáncer.

“Él me decía mami coje fuerza”, manifestó, Isabella.

La emoción de Isabella era notable en su viaje de regreso, vería a sus hijos y no estaría desamparada con su diagnóstico de cáncer de seno.

Pero no todos los regresos eran felices, sentado sin poder valer por sí mismo, Félix Jiménez es un dominicano que llego a Chile en el 2014, está en la lista de las únicas dos personas que tenían documentos, aunque entro ilegal, lo que si perdió fue su salud.

Hace cerca de dos años, Félix quien trabajaba construcción en Chile sufrió una trombosis producto de un paro cardíaco y desde entonces dependía de ayudas de ex compañeros.

Félix nunca más ha regresado al país, se sumió en el trabajo para poder ganar dinero, hoy su invalidez lo ha sumido en depresión y con desanimo apenas puede responder las preguntas.

La terapia me hizo falta ahí, por no jayar quien me la diera yo debería estar caminando”, manifestó.

Le preguntamos si le emocionaba el regreso y su respuesta fue nula, apenas valora volver esperando tener quien lo cuide. “Yo aquí duraba 15 días para poder bañarme hasta muy incómodo”, expresó

El desierto de Atacama al que todos se refieren al hacer su entrada ilegal a Chile, es una zona conocida por su peligro debido a que es un campo minado, desde la dictadura de Pinochet se sembraron aquí más de 180 mil minas antitanques debido a la tensión que existía con los gobiernos de Argentina, Bolivia y Perú. En cualquier momento un caminante puede terminar en las garras de una explosión, de paso en Chile abundan las historias de migrantes mutilados y de persecución de bandas que cruzan ilegales en esta ruta.

En Agosto del 2019 Máxima Rosario pasaba por una mala situación económica asi que se convenció que había llegado la hora de dejar Republica Dominicana.

 

Había quedado desempleada y así avanzaron las recomendaciones con un amigo

Máxima una mujer con una operación de corazón abierto, no tenía idea del peligro del juego en que se estaba metiendo.

“Por mitad de la frontera yo iba con tres personas más hasta nunca me detuve para yo dizque descansar”, dijo.

Las instrucciones se envían por WhatsApp para que las victimas lleguen a las ciudades de paso y se alojen en los hoteles que les indican para luego terminar en el norte de Chile. Casi todos los dominicanos hacen la ruta desde Perú hacia Tacna en temperaturas del desierto que pueden llegar hasta los -5 y -7 grados.

Ahora desempleada y sin poder comprar los costosos medicamentos que consume de por vida, Máxima se está dando la oportunidad de empezar de nuevo pero en su país.

Sus tres hijos de 11, 20 y 22 años la esperan y con emoción de madre nos muestra orgullosa una foto.

Son migrantes de la pobreza que sin tienen en común la idealización de que en otro país su economía vivirá un milagro. Es lo que también ocurrió a Paola, una mujer que leía su Biblia con ojos cristalizados. En los últimos 14 meses fue por su sueño en Chile pero con el corazón partido, dejo atrás a tres niños de 10, 4 y 2 años.

Más contenido por Redacción CDN

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