El Partido Revolucionario Moderno asume una estrategia peligrosa de protestar frente a sus contrarios del Partido de la Liberación Dominicana retirándose de los escenarios de concertación, discusión y toma de decisiones.
En esta estrategia hace causa común con el Partido Reformista Social Cristiano, en una alianza que continúa después de las elecciones.
Primero, fue su retiro del diálogo con monseñor Agripino Núñez Collado tras un consenso para la Ley de Partidos Políticos, la Reforma Electoral y la definición del perfil para los aspirantes a integrar la Junta Central Electoral.
Más recientemente, el senador Santiago Zorrilla se retiró de la comisión senatorial que evalúa a los aspirantes a la JCE.
¿De cuáles otros escenarios les queda por retirarse?. ¿También se retiraría del Consejo Nacional de la Magistratura y justificar su impotencia en la elección de los miembros de las Altas Cortes?. ¿Qué ganarían los perremeísta con esto?
El PRM podría tomarse el riesgo de lo que enderecho se llama “condena en contumacia” y dejar el PLD, con su mayoría aplastante, servirse a sus anchas y escoger sin mayores inconvenientes los candidatos que estime más conveniente.
Siempre es mejor pelear dentro que fuera.
David era un jovenzuelo que enfrentó una máquina de guerra, al gigante Goliat, y lo venció en el campo de batalla, un escenario adverso.
Es dentro de la comisión senatorial que la única representación del PRM puede hacer valer su voz, ser escuchado y hasta lograr a miembros convenientes.
Dejar el terreno solo al poderoso es permitirle que se sirva con la cuchara grande y como era de esperarse, la maquinaria oficialista sigue adelante con las entrevista a aspirantes a la JCE, sin inmutarse por los ruidos de la oposición.
Esta aparente apertura democrática reviste al Senado de legitimidad y cierta apertura, aunque es un hecho consumado que si los actuales integrantes de la JCE y la Cámara de Cuentas están sometidos al escrutinio, es porque tienen garantías de que serán favorecidos….simple y sencillo.
