Décima por: Juan Tomás Valenzuela
Mostrando dolor profundo
lloró el comunicador,
al oír con estupor
las penas del moribundo.
No hay más dolor en el mundo,
ni más solidaridad,
que el que mueve a la piedad
de un empresario injuriado
y con llanto desgarrado
lloró el hombre, de verdad.
Lloró por Guanchy Comprés,
lloró por Francina Hungría,
lloró por Franco Badía
y por el locutor Jerez.
Y lloró con candidez,
por muchos casos sonados,
por niños intoxicados
con desayuno escolar
y también volvió a llorar
por los fondos desfalcados.
Por la muerte del rector,
él lloró desconsolado
y con llanto desgarrado,
lloró por Juancito Sport.
Lloró el comunicador,
rasgando sus vestiduras,
al ver a Mónica Moura
junto a su esposo Joao,
que en Brasil tán amarraos,
por un lio de envergadura.
De una manera aberrante
vendieron a Los 3 Brazos
y él lloró por este caso,
¿o nada más fue un allante?
Había que verle el semblante
con el caso de SUNLAND,
pues lloró este charlatán,
de una manera espantosa
y yo decía. ¡Ay que cosa!,
¡Qué bandido es este man!