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«Pecados Capitalistas» entre el periodismo y el teatro

Se basa en una entrevista real con políticos reales

Montevideo.- Una entrevista de un periodista a un político es el disparador para que surja el arte en escena de la mano de una actriz-cantante y un músico que darán forma al «híbrido performativo» que es la uruguaya «Pecados capitalistas«, como explica a Efe su directora, Marianella Morena.

Esa «convivencia» -no espectáculo ni obra de teatro, precisa la dramaturga de 52 años- será un ciclo de siete entrevistas del periodista uruguayo Antonio Ladra a políticos de diversos partidos y generaciones, que se verán interrumpidas por los artistas sobre el escenario.

El montaje, virtual por la pandemia de la COVID-19, estará programado dentro de la séptima edición en Uruguay del festival Temporada Alta de Girona, en el marco de su novena gira latinoamericana con la que busca acercar al público de países como Argentina o Perú el teatro de Cataluña y Baleares.

En esta ocasión, el ciclo incluye espectáculos de España y Uruguay, además de un conversatorio con el programador colombiano Octavio Arbeláez, del 1 al 14 de febrero.

Dialogar con lo real

«Desde que apareció la pandemia me ha interesado experimentar en los lenguajes, de qué manera podemos usar creativamente este contexto y de qué manera se puede dialogar con lo real, que es lo que ha hecho de los griegos hasta la actualidad el teatro», enfatizó Morena.

Para la directora, lo rico de este experimento es que va a provocar «un espacio abierto con márgenes de improvisación», ya que todo se basa en una entrevista real con políticos reales que se entremezclan con la reacción de artistas que llevan todo a la ficción.

«Un actor o una actriz representan a un personaje en escena y los políticos representan a la ciudadanía. Entonces, en este juego, ¿quién se queda con la ficción y quién se queda con lo real? En un ámbito donde a veces la política ficciona modelos de país que luego la realidad no te los permite instalar», reflexiona.

Los artistas van a contar con un «maletín de herramientas» que van a ser los recursos que usarán para reaccionar para que cada situación provocada por la entrevista termine formando una especie de «Pimpinela politizado».

«Hay una columna vertebral que son los pecados, tienen un teñido, un derrame en cada entrevista, no es que se vaya a hablar específicamente de la gula, avaricia, soberbia o pereza, pero sí es un espacio de ingreso, un disparador», explica.

Contraste con la ficción

Las entrevistas las hará el reconocido periodista uruguayo Antonio Ladra. Si bien no va a tener un guion por parte de la dirección, Morena señala que tienen un buen diálogo y un espacio de participación donde se crea la estructura.

«A mí me interesa que aparezca ese periodista serio, formado, formal. Me parece que es interesante ese contraste. Él está haciendo su trabajo, no se va a incorporar al espacio ficcional. Es un periodista que hace una entrevista política seria a un político de la actualidad», detalló.

Las reacciones no necesariamente estarán teñidas de humor, si bien será un factor importante, pero también los artistas podrán hablar desde el dolor, ya que este es un espacio donde pueden expresar lo que están sufriendo a causa de la pandemia.

«Esto es un híbrido perfomativo, tiene elasticidad de género, está en uno y de repente tiene una intervención. Hay una entrevista de un periodista a un político, que están sentados en un living, todo parece normal o convencional y esa estructura de pronto tiene una filtración que es la ficción», resume.

Para la dramaturga, ese «abismo cultural» donde no está del todo claro qué va a suceder es lo que más le gusta de la propuesta y lo que necesita frente a la «abstinencia de adrenalina o sensibilidad estética» de la actualidad.

«Creo que es muy importante volver a tener estos espacios de reflexión, de humor, de una sensibilidad más dilatada que la de levantarse, comer, ir al trabajo, volver y mirar Netflix. Me preocupa y me importa no convertirnos en soldados de la COVID», indicó.

Morena destacó la importancia de participar de un festival tan prestigioso, máxime en estos momentos en los que «el territorio es uno» por la crisis sanitaria mundial.

«En esta globalidad, a partir de una situación no feliz, nos involucra y nos coloca en el lugar de pensarnos a todos en un mismo sitio. Este festival es una síntesis, los festivales siempre han sido una síntesis de esa globalidad, en muy poco tiempo hay una gran concentración», resalta.

Como todo experimento, nadie sabe el resultado de este «híbrido», pero la directora tiene la ilusión de que esto pueda generar «una continuidad» y que los directores se animen a seguir probando gracias a estos «permisos poéticos».

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