Nacionales

Arzobispo Ozoria ordena a 17 nuevos diáconos permanentes de la Arquidiócesis Santo Domingo

La ordenación se efectuó en la Catedral de Santo Domingo

Santo Domingo, RD- El arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, ordenó este sábado a 17 nuevos diáconos permanentes, que se integrarán al trabajo de evangelización, servicio pastoral y de administración de los sacramentos en distintas parroquias del Distrito Nacional y las provincias Santo Domingo y Monte Plata.

Con la consagración de este nuevo grupo, entre los que se encuentran por primera vez dos periodistas activos en los medios de comunicación del país, se elevan a 27 el número de diáconos permanentes ordenados en la arquidiócesis de Santo Domingo durante este mes de agosto, todos hombres casados y con diversas profesiones y ocupaciones.

La ordenación se efectuó en la Catedral de Santo Domingo, Primada de América, bajo las restricciones de la pandemia del Covid-19.

Los periodistas que se ordenaron diáconos son José P. Monegro, director del periódico El Día, y Ramón Urbáez, asistente de publicaciones del Tribunal Superior Electoral (TSE) y colaborador del periódico Listín Diario.

Un diácono es considerado un servidor, un clérigo o un ministro eclesiástico, que recibe el grado inferior del sacramento del Orden Sagrado por imposición de manos del obispo,​ y por lo tanto se le considera la imagen sacramental de Cristo servidor, en virtud de la Sagrada escritura que especifica: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos».

Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles e instruir y exhortar al pueblo de Dios.

Al igual que un sacerdote, el diácono recibe  ya el sacramento del Orden (sacerdotal). Sin embargo, un diácono no es un sacerdote  y por lo tanto, no puede llevar a cabo las potestades sacramentales.

Desde la fundación de la iglesia, hace más de 2 mil años, los apóstoles de Jesús designaron a hombres de buena fama y comprometidos como servidores que les ayudarán con las tareas de la administración de la iglesia y se ocuparan de los pobres y las viudas, mientras ellos se dedicaban a la predicación del Evangelio y la misión que Cristo les había encomendado.

Las iglesias usan diáconos de diferentes maneras. Pueden preparar y servir la comunión, establecer salas para eventos, ocuparse de las instalaciones y los terrenos, orar con los confinados y, por supuesto, guiar a la iglesia para proporcionar a las ayudas que necesiten los feligreses. En resumen, hacen cualquier cosa y todo lo que la iglesia necesita.

Más contenido por Rosa Reyes

Más noticias