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Un perro salva de morir congelado a su dueño que se había roto el cuello y estaba inconsciente

Un perro salva de morir congelado a su dueño que se había roto el cuello y estaba inconsciente
Un perro salva de morir congelado a su dueño que se había roto el cuello y estaba inconsciente

Kelsey, la perra de Bob, lo mantuvo caliente y despierto durante 19 horas a temperaturas de -4ºC mientras no paraba de ladrar para que alguien acudiera en su auxilio porque su dueño vive en una granja en la que el vecino más cercano está a casi medio kilómetro de distancia.

Alrededor de las 22:30 de Nochevieja, Bob estaba en casa con su Golden Retriever, llamada Kelsey, viendo un partido de fútbol y esperando a que la programación especial comenzase. Durante el intermedio, corrió fuera de la casa con unos pantalones, camiseta y zapatillas para coger madera para la chimenea, pero en su recorrido de apenas 15 pasos, se resbaló y se rompió el cuello. «Estaba gritan pidiendo ayuda pero mi vecino más cercano estaba a 400 metros, pero kelsey vino», recuerda el hombre, y añade que por la mañana se había quedado sin voz y no podía gritar para encontrar ayuda pero su perra no paró de ladrar.

Según explica el centro médico McLaren Northern Michigan, durante las siguientes 20 horas Bob estuvo paralizado en el suelo con la nieve a menos de -4ºC, pero Kelsey lo mantuvo caliente poniéndose sobre él lamiendo su cara y manos para mantenerlo despierto. 19 horas después. el hombre perdió la consciencia, pero la perra continuó ladrando, elevando tanto el aullido que su vecino lo encontró de las 18:30 del día siguiente.

Cuando Bob llegó a emergencias del McLaren Northern Michigan, sufría hipotermia (su cuerpo tan solo tenía 21ºC), fibrilación y una dislocación de las vértebras C4-C5, en la zona de la nuca, que estaba comprimiendo la médula espinal y le impedía tener movimiento en las piernas. El equipo de emergencias lo estabilizó y el hombre se sorprendió de que no tenía ninguna parte congelada: “Estoy seguro de que fue por la determinación de Kelsey de mantenerme caliente y seguro».

Desde la cirugía en el que el neurocirujano consiguió que Bob volviera a sentir las piernas, está cada vez más motivado en recuperarse y volver a su granja, aunque necesitará rehabilitación y mucho esfuerzo para recuperar todas sus funciones. «Estoy agradecido a mis dos héroes», ha señalado Bob, refiriéndose a su perra y el médico que lo ha operado.

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