Kabul.- Los talibanes exigieron la exclusión de sus líderes de las listas negras de la ONU y Estados Unidos, al tiempo que condenaron los comentarios que se han hecho en contra de los miembros del nuevo Gobierno de Afganistán.
«Instamos a que estas políticas incorrectas se reviertan de inmediato a través de interacciones diplomáticas», demandó en un comunicado el Gobierno de los talibanes.
Más de una docena de los miembros del nuevo Gobierno interino de los talibanes figuran en la lista negra de terroristas del Consejo de Seguridad de la ONU.
Entre ellos destaca Sirajuddin Haqqani, sobre quien pesa una recompensa de 10 millones de dólares para su captura.
Haqqani fue nombrado en el gobierno interino como nuevo ministro de Interior.
Sirajuddin, es el jefe de una de las agrupaciones insurgentes más temidas en Afganistán: la red Haqqani fundada por su padre, Jalaluddin Haqqani.
La red Haqqani, designada como organización terrorista por Estados Unidos, se asoció con los talibanes cuando el grupo islamista llegó al poder en 1996.
Para los talibanes «esta posición es una clara violación del acuerdo de Doha que no beneficia ni a Estados Unidos ni a Afganistán», señaló Haqqani.
Un exfuncionario de Afganistán dijo que alrededor de 15 miembros del nuevo gabinete talibán están en las listas negras de la ONU y Estados Unidos.
«No solo son una amenaza para la seguridad de Afganistán, sino también para la seguridad de la región y los países del mundo», dijo la fuente.
La designación del gabinete provocó críticas de la comunidad internacional que cuestionó no solo la presencia de líderes de la base dura del movimiento.
De igual manera criticaron el poder entregado a individuos considerados como amenazas terroristas.
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