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El Brexit será duro “pero no será una guerra»

El Brexit será duro “pero no será una guerra"
El Brexit será duro “pero no será una guerra"

 

El gobierno británico activó el proceso de salida el miércoles con la carta de May a la UE

La Unión Europea suavizó el viernes su posición pública ante la salida británica del bloque, cuando el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, apuntó a algo de flexibilidad que permitiría conversaciones sobre la nueva relación con Gran Bretaña antes de que se complete el proceso de divorcio.

Tusk dijo que la UE no castigará a Gran Bretaña en las negociaciones porque el Brexit ya es «suficientemente punitivo”. Por su parte, el titular de la presidencia rotatoria de la UE, Joseph Muscat, recalcó en que las negociaciones serán duras, pero «no será una guerra”.

No obstante hubo énfasis en que no habrá conversaciones paralelas sobre la salida británica y la relación futura entre Londres y el bloque.

Alemania subrayó que la cuestión de los compromisos británicos hacia la Unión Europea tras abandonar el bloque debe resolverse antes de iniciar las conversaciones sobre las relaciones futuras con Gran Bretaña.

«Esperemos que el segundo paso pueda comenzar pronto», dijo el viernes a periodistas en Berlín el portavoz del gobierno alemán Steffen Seibert, que pareció aguar una vez más las esperanzas británicas de celebrar las dos negociaciones en paralelo.

Gran Bretaña deben «acordar el desenganche» británico de la UE en primer lugar, pero añadió que «durante la segunda fase de las negociaciones amparadas por el Artículo 50 podría identificarse un entendimiento general sobre el marco de la futura relación».

Ciudadanos como rehenes

La hoja de ruta también señala que la situación de los ciudadanos de la UE que viven en territorio británico y viceversa es una prioridad y pide «soluciones flexibles e imaginativas» para la cuestión de la frontera terrestre entre Gran Bretaña e Irlanda.

Resolver la situación de los ciudadanos británicos y de otros europeos que viven en países distintos al suyo será una prioridad inicial, señaló Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea.

«Estas personas no deberían sufrir por el Brexit», afirmó en declaraciones en Madrid. «No hay nadie que quiera utilizar a los ciudadanos como rehenes en esto, nadie. Ni el lado británico ni el lado europeo».

Algunas personas interpretaron que la misiva británica para activar el proceso de divorcio incluía una amenaza implícita de poner fin a la cooperación en seguridad e intercambio de inteligencia a menos que Londres obtenga un buen acuerdo de salida.

Sin embargo, Timmermans señaló que «no puedes chantajear a alguien con uno de tus propios requisitos imprescindibles… no hay ninguna posibilidad real de chantaje porque la seguridad para Gran Bretaña, aunque no estén en la UE, seguirá siendo un requisito esencial para ellos».

Tusk también rechazó la idea de una amenaza implícita. “Conozco bastante bien a [la primera ministra británica] Theresa May y conozco su visión en este asunto. Por eso descarto esa clase de interpretación… de que se esté empleando la cooperación en seguridad como moneda de cambio. Debe de ser un malentendido», afirmó.

Compromiso incondicional

A su vez, el secretario británico de Exteriores, Boris Johnson, insistió en que el compromiso británico con la defensa y la seguridad europeas es «incondicional» y «no una moneda de cambio en ninguna negociación».

En declaraciones en Bruselas a su llegada a una cumbre de la OTAN el viernes, Johnson dijo que ha encontrado una reacción positiva de los socios europeos desde la declaración formal británica de que abandonaría la UE, a pesar de las preocupaciones a ambos lados del Canal de la Mancha por el Brexit.

«Ahora estamos progresando de verdad. Hay mucha buena voluntad, disposición a conseguir lo que la primera ministra ha dicho que quiere conseguir», dijo.

El gobierno británico activó el proceso de salida el miércoles con la carta de May a la UE y comenzó a definir el jueves cómo planea convertir miles de normas europeas en legislación británica con una Gran Ley de Revocación.

 

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