Xiomara Castro, es la primera presidenta hondureña por el partido de oposición de izquierda Libertad y Refundación (LIBRE).
La duodécima presidenta en la historia de América Latina, y la primera elegida en siete años, en una región plagada de machismo. Eso representa una carga adicional, así como una oportunidad.
Castro se convirtió en presidenta 12 años después de liderar un movimiento de protesta masivo tras el golpe de Estado que derrocó a su marido, el expresidente Manuel Zelaya.
La mujer de 62 años, ganó la presidencia con más de la mitad de los votos sobre su rival más cercano.
Lo que la sitúa en lo que podría ser el mayor margen de victoria desde que el país volvió a la democracia hace cuatro décadas.
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Promesas
La histórica victoria ofrece a una nación acosada por la corrupción y la pobreza la oportunidad de invertir el rumbo tras una docena de años de gobierno monopartidista.
«Vamos a escribir juntos una nueva historia para el pueblo hondureño», dijo Castro.
No obstante, Castro tomará las riendas del gobierno en un momento crítico para el país y con retos mucho mayores que cuando Zelaya llegó a la presidencia.
Asimismo, de hacer frente a la corrupción que ha saqueado las instituciones gubernamentales y ha paralizado el crecimiento económico.
Castro ha propuesto la creación de una nueva comisión internacional contra la corrupción.
Respaldada por las Naciones Unidas (ONU), para sustituir a la que fue expulsada por la administración saliente.
Además, tendrá la oportunidad de remodelar el sistema de justicia hondureño debido al número inusualmente alto de puestos clave cuyos mandatos expirarán durante el próximo mandato.
Familia Castro
Xiomara Castro nació en Tegucigalpa en 1959. Estudió administración de empresas antes de casarse con Zelaya.
Con quien se mudó en el departamento rural de Olancho, donde se dedicó a criar a sus cuatro hijos y a las causas sociales mientras Zelaya ascendía en la escala política.
En 2005, Castro saltó a la fama nacional durante la exitosa campaña de Zelaya a la presidencia.
Como primera dama, ayudó a supervisar los programas de bienestar social de la administración.
Pero fue en 2009, tras el golpe de Estado respaldado por los militares, cuando se convirtió en una fuerza política por derecho propio.
Ganándose la admiración y la empatía de muchos al liderar el movimiento de protesta en las calles que luchó por el regreso de Zelaya al poder.
En 2013 se presentó por primera vez a la presidencia como candidata del Partido Libre, surgido del movimiento de protesta tras el golpe de Estado.
Durante la campaña, Castro demostró un estilo político muy diferente al de Mel Zelaya.
