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Barack Obama: «La biblia hace un llamado a la esperanza»

El presidente Barack Obama ofreció un emotivo panegírico durante el funeral del reverendo Clementa Pinckney, una de las víctimas de la reciente masacre en Carolina del Sur, y a quien conoció personalmente.

Este jueves por la noche se realizó una velación dentro de la iglesia donde predicó el reverendo Pinckney, quien tenía 41 años y era padre de dos niños de 11 y 6 años. La línea de dolientes se extendió a todo la manzana alrededor de la iglesia.

El primer funeral que se realizó fue el de Ethel Lance, de 70 años, y sacristana de la iglesia los últimos cinco años. Tenía cinco hijos, siete nietos y cuatro bisnietos.

El funeral de Sharonda Coleman-Singleton, de 45 años, está previsto para la tarde de este viernes.

Los funerales de las demás víctimas serán programados durante los próximos días y la semana entrante.

El mandatario arrivó a la ciudad de Charleston, para despedir personalmente a Pinckney, desde una arena pública, a varias cuadras de la Iglesia Metodista Episcopal Emanuel, ante una audiencia todavía conmocionada por la masacre de nueve feligreses afroestadounidenses, hace diez días.

«Estamos aquí para recordar a un hombre de Dios que creía en la fe, un hombre que creía en cosas que no se pueden ver, un hombre que creía en un futuro prometedor, un hombre de servicio que perseveró incluso sabiendo que no recibiría todo lo que le fue prometido, porque creía que su esfuerzo mejoraría la vida de aquellos a quienes seguía», dijo Obama.

El presidente conoció al reverendo Pinckney y visitó la iglesia Emanuel AME durante su campaña política de 2008.

«Martin Luther King predicó desde este púlpito, y marchas salieron de sus pasos. Esta iglesia es un lugar sagrado no únicamente para negros o cristianos, sino para todos los estadounidenses que se preocupan por la estable expansión de los derechos humanos y la dignidad humana en este país, una sólida base de libertad y justicia para todos. Eso es lo que la Iglesia significa», declaró el mandatario.

La primera dama Michelle, junto al vicepresidente Joe Biden y su esposa, Jill, acompañaron al presidente.

La policía cerró la mayor parte del centro de esta histórica ciudad portuaria, ante la llegada de unas 6.000 personas que intentaban presenciar el discurso del presidente estadounidense.

«Una bandera no causó la muerte de estas personas», pero «por demasiado tiempo, hemos estado ciegos al dolor que ésta causa», dijo Obama sobre la polémica generada por la bandera de la Confederación que ondea frente al edificio de gobierno en Carolina del Sur, un símbolo de los defensores de la esclavitud, durante la guerra civil estadounidense.

Más contenido por Redacción CDN

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