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Paso a paso: ¿Cómo se dio el golpe de Estado en Birmania?

Birmania fue escenario el lunes de un golpe de Estado, con vehículos blindados en las calles y manifestaciones de algunos partidarios del ejército, una toma del poder sin violencia ni presencia militar masiva que, sin embargo, puso fin en pocas horas a la joven democracia en el país.

«Es extremadamente estremecedor», «no quiero un golpe militar», se podía escuchar en las calles de Rangún, la capital económica con más de cinco millones de habitantes.

Todo ocurrió en pocas horas. Poco después de las 3:00 de la madrugada (hora local, Colombia tiene una diferencia horaria con Birmania de 11 horas y media), testigos detectaron interrupciones en las telecomunicaciones y el acceso a internet.

Según un parlamentario aliado de Aung San Suu Kyi (nobel de Paz detenida por el ejército), su familia intentó salir para tener información sobre lo que estaba ocurriendo. «Las fuerzas de seguridad les dijeron que se fueran a casa, que los soldados estaban ante el edificio» donde viven los parlamentarios, dijo el diputado que no quiso identificarse por temor a represalias.

Unas horas más tarde, los militares llevaron a cabo una ola de detenciones, entre ellas la de la jefa de hecho del gobierno civil, Aung San Suu Kyi, y del presidente de la república, Win Myint.

El ejército bloqueó los accesos alrededor de Naypyidaw con tropas armadas y vehículos blindados, mientras los helicópteros sobrevolaban la ciudad. En Rangún, los soldados del Tatmadaw, el nombre oficial de las fuerzas armadas birmanas, tomaron el Ayuntamiento y bloquearon el acceso al aeropuerto internacional.

A continuación, los militares declararon, en su cadena de televisión Myawaddy TV, el estado de emergencia durante un año y designaron a sus generales en puestos claves, poniendo fin de forma abrupta a diez años de transición democrática.

Ahora, Min Aung Hlaing, el todopoderoso jefe del ejército, concentra los poderes «legislativo, administrativo y judicial», mientras que otro general, Myint Swe, fue nombrado presidente interino, un cargo principalmente honorífico.

El motivo esgrimido por los militares para justificar el golpe, el tercero desde la independencia del país en 1948, es el «enorme» fraude electoral, según ellos, en las elecciones parlamentarias de noviembre, que ganó ampliamente la Liga Nacional para la Democracia, en el poder desde las elecciones parlamentarias de 2015.

Un grupo de activistas de Myanmar sostienen el retrato de Aung San Suu Kyi durante una protesta frente a la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio el 1.° de febrero de 2021.

Presintiendo el golpe, Aung San Suu Kyi, que pasó 15 años bajo arresto domiciliario en su país, dejó un mensaje a la población antes de ser detenida en el que les instaba a «no aceptar» la toma de poder militar.

Un llamamiento de Madre Suu que podría tener eco en la población, que la venera, a pesar de que internacionalmente ha sido muy criticada por su gestión de la crisis de los musulmanes rohinyás. Varios birmanos con los que pudo hablar la AFP expresaron su decepción.

«Esperaba un futuro mejor», dijo un hombre de 64 años que hacía cola para comprar comida, mientras el país está siendo duramente golpeado por la pandemia de coronavirus, con más de 140.000 casos y 3.000 muertes. Pero no todo el mundo se siente angustiado, y en las calles de Rangún se vieron pasar varios camiones a gran velocidad con partidarios del ejército, ondeando banderas y cantando himnos nacionalistas.

Los militares han prometido celebrar nuevas elecciones «libres y justas» una vez que se levante el estado de excepción, que debería durar un año. Pero algunos birmanos siguen siendo pesimistas.

«Me temo que dure más tiempo», dijo el realizador Lamin Oo, de 35 años. «Por el momento, todo está en calma en mi barrio de Rangún, pero tenemos que prepararnos para lo peor». En 1988, unos 3.000 civiles fueron asesinados por los militares en una sangrienta represión de las manifestaciones contra el Gobierno.

¿Cómo comenzó la crisis?

Desde hace semanas, el ejército sostiene que ha habido irregularidades en las elecciones generales de noviembre pasado, las segundas desde el fin de la dictadura militar en 2011. Las ganó por una mayoría abrumadora la Liga Nacional para la Democracia, que ya estaba en el poder.

La LND obtuvo el 83 por ciento de los 476 escaños en el parlamento, pero el ejército afirma haber descubierto 10 millones de casos de fraude electoral y ha pedido a la comisión electoral que publique las listas electorales para verificarlas, lo que esta no ha hecho.

El martes, en rueda de prensa, el portavoz del ejército no descartó que los militares tomaran el control del país. Los temores aumentaron aún más el miércoles después de que el jefe del ejército, el general Min Aung Hlaing, sin duda el hombre más poderoso de Birmania, dijera que la Constitución podría ser «revocada» bajo ciertas circunstancias.

¿Y ahora qué?

El ejército declaró el estado de emergencia por un año, con generales en los puestos principales. Myint Swe, quien dirigía el poderoso comando militar de Rangún y actual vicepresidente de Birmania, se convierte en presidente interino por un año, un cargo principalmente honorífico.

El control «legislativo, administrativo y judicial» recae en Min Aung Hlaing, que ahora concentra casi todos los poderes. Este golpe, condenado por la comunidad internacional, no es el primero: desde su independencia en 1948, Birmania ha estado gobernada por regímenes militares durante casi 50 años.

Ya hubo dos golpes de Estado, en 1962 y 1988. ¿Cómo reaccionará la población? Aung San Suu Kyi, muy criticada a nivel internacional por su gestión de la crisis de los musulmanes rohinyás (cientos de miles de ellos huyeron de la violencia del ejército en 2017 y se refugiaron en el vecino Bangladés), todavía es venerada por una mayoría de birmanos.

Rechazo internacional 

El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó «firmemente» el domingo el arresto por el ejército de Aung San Suu Kyi y de otros dirigentes políticos. «La declaración de transferencia de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares (…) representa un duro golpe a las reformas democráticas en Birmania», añadió.

China

China llamó el lunes a todas las partes implicadas en Birmania a «solucionar sus diferendos» en el marco legal y constitucional. «Esperamos que todas las partes implicadas en Birmania solucionarán sus diferendos en el marco de la Constitución y de las leyes para mantener la estabilidad política y social», declaró Wang Wenbin, un portavoz de la diplomacia china.

Estados Unidos

El presidente de EE.UU., Joe Biden, amenazó este lunes con sanciones a
Birmania tras el golpe de Estado y pidió a la comunidad internacional que hable con «una sola voz» para hacer que los militares birmanos «cedan inmediatamente» el poder.

En un comunicado distribuido por la Casa Blanca, Biden anunció que ha pedido a su Gobierno que revise «inmediatamente» si debe volver a imponer las sanciones, levantadas en la última década a medida que Birmania avanzaba hacia una incipiente y frágil transición democrática.
«Durante casi una década, el pueblo de Birmania ha estado trabajando constantemente para establecer elecciones, un gobierno civil y la transferencia pacífica del poder. Ese progreso debe ser respetado», aseveró el mandatario estadounidense.

Si la democracia no se respeta, Biden aseguró que «tomará las acciones que sean adecuadas», pero no especificó si está evaluando algo más allá de posibles sanciones, un asunto que tampoco clarificó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.

Asimismo, el presidente estadounidense urgió a la comunidad internacional «a unirse en una sola voz» para presionar a los militares birmanos para que «cedan inmediatamente el poder» y liberen a los activistas y funcionarios detenidos, entre los que figura la jefa de facto del Gobierno, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.

El gobernante también pidió a la comunidad internacional que presione al Ejército birmano para que levante todas las restricciones sobre telecomunicaciones y no emplee violencia contra civiles.
EE. UU., resaltó Biden, «está tomando nota» de quienes apoyan al pueblo birmano y prometió que trabajará con sus aliados para apoyar la restauración a la democracia y el Estado de Derecho, así como para exigir responsabilidades a los responsables del golpe de Estado.

Unión Europea

Las máximas autoridades de la Unión Europea condenaron este lunes el golpe. «Condeno con firmeza el golpe en Birmania. El gobierno legítimo debe ser restituido, en línea con la Constitución del país y la elecciones de noviembre», apuntó en un tuit la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, publicó en Twitter un mensaje similar pidiendo a los militares «que liberen a todos los detenidos ilegalmente en operaciones en todo el país».

El jefe de la diplomacia de la UE, el español Josep Borrell, también condenó el golpe y lamentó la «tentativa de los militares de revertir el deseo de los ciudadanos de
Birmania».
«El presidente Win Myint, la consejera de Estado Aung San Suu Kyi y todos aquellos que han sido arrestados deben ser liberados de forma inmediata e incondicional», señaló Borrell.

Francia

Francia pidió que «se respete el resultado de la votación birmana» y dijo que el Gobierno está analizando la situación «con sus socios en el marco de las instancias internacionales», según el portavoz del gobierno, Gabriel Attal.

Reino Unido

El primer ministro británico, Boris Johnson, condenó el golpe y exigió la liberación de los «dirigentes civiles». «Condeno el golpe de Estado en Birmania y la detención ilegal de civiles, entre ellos Aung San Suu Kyi», escribió Johnson en Twitter.

AFP y EFE

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