Nacionales

COVID-19, desempeño escolar y desigualdad

Económicas: COVID-19, desempeño escolar y desigualdad

Existe evidencia que revela que la educación a distancia impacta desfavorablemente sobre el aprendizaje de los niños

Santo Domingo, RD.- La desigualdad de ingresos laborales se explica, principalmente, por la diferencia en el nivel educativo de los trabajadores. Aquellos con mayor educación alcanzan, en promedio, ingresos más elevados durante su vida productiva. Esto implica que todo aquello que influya, positiva o negativamente, sobre la educación impacta en la equidad de la distribución de la renta.

En la República Dominicana, menos del 25% de la población ocupada ha llegado a la universidad. Ese porcentaje incluye tanto a los graduados universitarios como a los que llegaron y abandonaron los estudios en ese nivel.

Al descomponer por sexo, se observa que, en promedio, la mujer ocupada tiene mayor nivel educativo que los hombres. Específicamente, el 35.5% de las mujeres perceptoras de ingresos llegó a la universidad, mientras que sólo lo hizo el 17.3% de los hombres. En general, el reducido nivel educativo que tienen los trabajadores explica el bajo nivel de ingreso per cápita que se obtiene en el mercado laboral, así como la diferencia en los ingresos.

A pesar de que la intervención del Estado, mediante la política de gastos e ingresos públicos, reduce la desigualdad, el coeficiente de Gini es igual a 0.44, el cual se encuentra cerca del promedio de América Latina (0.46), que es considerada una de las regiones de mayor inequidad del mundo.

La crisis provocada por la COVID-19 tendrá repercusiones negativas sobre el desempeño escolar y la desigualdad. Existe evidencia que revela que la educación a distancia sea por radio, televisión o por internet, impacta desfavorablemente sobre el aprendizaje de los niños.

Se ha demostrado que el nivel de comprensión de las matemáticas es menor, lo cual significa un deterioro del uso de la lógica, que a su vez reduce la capacidad de lectura comprensiva. Asimismo, se ha verificado que los niños tienen menor capacidad que las niñas de mantenerse atentos a las clases remotas, quedándose rezagados en su aprendizaje. Y un menor ritmo de absorción de conocimientos, se traduce en una mayor probabilidad de deserción escolar.

Los hogares con mayores ingresos poseen medios para amortiguar el efecto negativo que tiene la educación a distancia. En consecuencia, la COVID-19 tendrá un impacto negativo sobre la distribución del servicio de educación de calidad, acentuándose la diferencia de ingresos de la población en el mediano y largo plazo.

Si al deprimente servicio de educación que recibirán los niños de los hogares pobres y vulnerables durante la pandemia, se añade la eliminación en enero próximo de los programas sociales como Quédate en Casa, Pa’Ti y Fase, lo cual provocará quiebra de empresas y mayor desempleo, se puede concluir que la distribución de los ingresos se deteriorará también en el corto plazo.

Ante ese efecto negativo del COVID-19, sobre el bienestar de los pobres y vulnerables, le recomiendo al presidente Abinader que piense bien los próximos pasos que dará duran.

Por: Jaime Aristy Escuder

Más contenido por Redacción CDN

Más noticias