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Brasileños pobres celebraron su carnaval bate-bola

Los participantes lucen vistosos disfraces de payaso, corren sin control, gritan y azotan contra el suelo pelotas sujetas con una cuerda a bastones

Para ver la fiesta alternativa al carnaval llamada bate-bola, lo más probable es que haya que vivir en una zona pobre de Río de Janeiro, a bastante distancia del lugar donde se efectuaron los deslumbrantes desfiles de la famosa celebración de Brasil o recibir una invitación verbal.

Los participantes lucen vistosos disfraces de payaso, corren sin control, gritan y azotan contra el suelo pelotas sujetas con una cuerda a bastones, en los sectores desfavorecidos en el norte o el oeste de la ciudad. A veces también se pegan entre ellos con ese instrumento.

Al paso de los años, las pelotas han cambiado, de vejigas de vaca impregnadas de sal a pelotas ovaladas de plástico envueltas en cuerdas, que son las más comunes en la actualidad durante el carnaval bate-bola.

«Estos hombres y mujeres que llevan máscaras crean una identidad y una red social entre ellos«, dijo Luiz Antonio Simas, historiador y columnista del Carnaval para el diario «O Dia» de Río. «Esto hace que se preparen para la celebración todo el año«.

Los integrantes de un grupo bate-bola se reunieron el lunes en la noche en el barrio pobre Ciudad de Dios, uno de las favelas con una de las mayores tasas de violencia y que adquirió fama debido a una cinta del mismo nombre nominada a un Oscar.

Durante horas, los participantes azotan las bolas contra el suelo, beben cerveza y conversan sobre reunirse con otros grupos.

Anderson, al que dicen «Playboy» y quien ha participado en numerosos bate-bola, dijo haber creado en fecha reciente el grupo «Badalados» (Glamorosos). Anderson declinó dar su apellido.

«Aquí sólo tenemos proyectos sociales y queríamos algo nuevo«, dijo Anderson mientras se preparaba con su grupo de 25 miembros para reunirse con otros seguidores del bate-bola a unos kilómetros (millas) de distancia.

«No estamos aquí para causar problemas. Sólo queremos divertirnos sin ir a otra parte de la ciudad«.

La tradición del bate-bola se remonta a comienzos del siglo XX. Los participantes de este carnaval solían buscar a otros grupos para reunirse con ellos, hacer ruido, y azotar las pelotas.

Sin embargo, debido a la mayor presencia de grupos narcotraficantes en las favelas, estos encuentros terminan a veces en balaceras, apuñalamientos y homicidios.

Por este motivo numerosos cariocas, como se dice a los habitantes de Río, prefieren celebrar en los deslumbrantes desfiles de las escuelas de samba o en más de 450 fiestas callejeras en las zonas de mayor seguridad de la ciudad, en las partes sur y centro.

Más contenido por Redacción

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