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Diputado Marcos Cross cuenta el calvario que vivió al contagiarse de COVID-19

Santo Domingo, RD- El Covid-19 ha demostrado ser una “enfermedad inclusiva” que no discrimina a los pobres, ni perdona a los más privilegiados. Todos la califican como una experiencia difícil.

A nivel mundial ha atacado en todas las esferas del poder y en República Dominicana no es la excepción.

El diputado Marcos Cross contó su experiencia ante las cámaras de CDN. La resume como un verdadero calvario.

Asegura que contrajo el virus en el país, pese a haber estado por más de un mes en Europa cuando el virus allá tenía más impulso.

El diputado explica que estando en campaña política de la Fuerza del Pueblo no tomaron ningún tipo de precaución por desconocimiento de la gravedad del virus.

Un virus que lo mantuvo por 15 días entubado en el Centro de Diagnóstico de Medicina Especializada y Telemedicina (CEDIMAT), alejado de sus seres queridos y viviendo en alucinaciones.

“Porque en mi divareo, en mi estado de situación mi mente manejó una conspiración contra mi vida. Donde supuestamente, yo entiendo que la anestesia los medicamentos muy fuertes me hicieron cambiar mi forma de pensar, y comencé a pensar que había una conspiración en mi contra mi vida”, dijo Cross al ser entrevistado por nuestra periodista Yarilis Calcaño.

Reveló que en su mente tuvo una revolución de ideas donde no confiaba en los médicos ni en los enfermeros. “Durante esos 15 días yo nunca dormía, veía muchos monstruos en mi mente, cuando cerraba los ojos supuestamente para descansar sencillamente yo vía a recuas de monstruos, veía centenares de cadáveres tirados en el suelo, quemados con penca de coco porque no había cómo enterrarlos”, explicó.

El miembro de la Fuerza del Pueblo acusa al Gobierno de no haber que no ha hecho el esfuerzo necesario para combatir el virus. Entiende que la única manera de detectar y parar el virus es haciendo pruebas masivas a los dominicanos para determinar quiénes son los contagiados y poder aislarlos.

Exhorta a la población que se cuide y reconoce que la enfermedad no tiene edad, sexo, ni estatus social.

Más contenido por Redacción CDN

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